La sexualidad en la adolescencia
La adolescencia representa un período especialmente delicado y, sobre todo, individual. Cada persona es un sujeto diferente y en esta fase la distinción es exponencial. Es una etapa con cambios que resultan bastante significativos en el desarrollo de la persona. Son de gran relevancia el entorno social y sus normas, así como los distintos modos que se empleen para afrontar y resolver los conflictos propios del desarrollo.
Existe una gran variabilidad en el desarrollo en chicos y chicas de la misma edad. Se podría decir que en un mismo grupo −en términos de homogeneidad− conviven chicos y chicas de aspecto completamente aniñado, con aquellos adolescentes con características sexuales secundarias plenamente evidentes: vello púbico, cambio de voz, senos desarrollados, menstruación... Con la primera menstruación −o al término de un pico de crecimiento− empiezan a actuar las diferentes hormonas. Las hormonas, tanto en chicas como en chicos, causan los cambios sexuales secundarios. Para acompañar al adolescente en esta etapa es fundamental entender −o al menos intentar comprender− lo que sucede.
En cuanto a los cambios psico-sexuales, surge un interés por el atractivo físico del otro. También se genera un interés por cuidar y resaltar el propio atractivo. Se afianza la tendencia a la relación y al vínculo con determinadas personas. El cuerpo toma la función psicológica del impulso sexual. Se busca expresar el mundo emocional a través de los sentidos. Y así, aparecen conductas tendentes a obtener placer a través de la autoestimulación y en relación con otras personas.
Los cambios físicos sufridos en la adolescencia se unen a un creciente interés por saber del sexo. Las primeras etapas de este periodo también han sido llamadas homoeróticas por algunos autores, ya que el descubrimiento erótico y el enamoramiento, muchas veces platónico, se puede dar entre personas del mismo sexo, asociada a la identificación con adultos admirados: profesores, artistas, deportistas; o por proximidad: amigos y amigas íntimas, con mayor o menor carga erótica y escarceos más o menos explícitos. Más tarde, se afianza la orientación sexual adulta.
Socialmente, es la etapa en la que se sale del seno familiar, grupo de pertenencia, y el grupo de referencia, el mundo de los iguales, ocupa el centro de su universo. Esto puede suponer un choque entre las creencias transmitidas en la familia sobre la sexualidad y las aportadas por otros adolescentes y los medios de comunicación −incluyendo Internet. Si consideramos todo lo expuesto, es importante que la adquisición de conocimientos e información sobre la sexualidad sean objetivos y adecuados.
La adolescencia representa un período especialmente delicado y, sobre todo, individual. Cada persona es un sujeto diferente y en esta fase la distinción es exponencial. Es una etapa con cambios que resultan bastante significativos en el desarrollo de la persona. Son de gran relevancia el entorno social y sus normas, así como los distintos modos que se empleen para afrontar y resolver los conflictos propios del desarrollo.
Existe una gran variabilidad en el desarrollo en chicos y chicas de la misma edad. Se podría decir que en un mismo grupo −en términos de homogeneidad− conviven chicos y chicas de aspecto completamente aniñado, con aquellos adolescentes con características sexuales secundarias plenamente evidentes: vello púbico, cambio de voz, senos desarrollados, menstruación... Con la primera menstruación −o al término de un pico de crecimiento− empiezan a actuar las diferentes hormonas. Las hormonas, tanto en chicas como en chicos, causan los cambios sexuales secundarios. Para acompañar al adolescente en esta etapa es fundamental entender −o al menos intentar comprender− lo que sucede.
En cuanto a los cambios psico-sexuales, surge un interés por el atractivo físico del otro. También se genera un interés por cuidar y resaltar el propio atractivo. Se afianza la tendencia a la relación y al vínculo con determinadas personas. El cuerpo toma la función psicológica del impulso sexual. Se busca expresar el mundo emocional a través de los sentidos. Y así, aparecen conductas tendentes a obtener placer a través de la autoestimulación y en relación con otras personas.
Los cambios físicos sufridos en la adolescencia se unen a un creciente interés por saber del sexo. Las primeras etapas de este periodo también han sido llamadas homoeróticas por algunos autores, ya que el descubrimiento erótico y el enamoramiento, muchas veces platónico, se puede dar entre personas del mismo sexo, asociada a la identificación con adultos admirados: profesores, artistas, deportistas; o por proximidad: amigos y amigas íntimas, con mayor o menor carga erótica y escarceos más o menos explícitos. Más tarde, se afianza la orientación sexual adulta.
Socialmente, es la etapa en la que se sale del seno familiar, grupo de pertenencia, y el grupo de referencia, el mundo de los iguales, ocupa el centro de su universo. Esto puede suponer un choque entre las creencias transmitidas en la familia sobre la sexualidad y las aportadas por otros adolescentes y los medios de comunicación −incluyendo Internet. Si consideramos todo lo expuesto, es importante que la adquisición de conocimientos e información sobre la sexualidad sean objetivos y adecuados.
En el recuadro de la derecha podràs encontrar màs informaciòn sobre eduaciòn sexual, sexualidad, placer y todo lo referente a una vida sexual plena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario